lunes, 22 de agosto de 2016



TÉCNICAS DE MOVIMIENTO Y TRASLADO AL LESIONADO 



Revisa posibles lesiones de cuello o de espalda en la persona. No trates de mover a alguien con una lesión de cuello o de columna. Opta por asumir que tiene una lesión de cabeza o de cuello en los siguientes casos:
  • Si se queja de dolor de cuello o de espalda severo.
  • Si la lesión ha ejercido una fuerza considerable en la espalda o cabeza.
  • Si la persona se queja de debilidad, entumecimiento, parálisis o no tiene control sobre sus extremidades, vejiga o intestino.
  • Si el cuello o la espalda de la persona está torcido o en una posición extraña


Deja a la persona lastimada en el suelo mientras se colocan la otra persona y tú en las posiciones apropiadas para utilizar el soporte humano. Esto puede ayudar a asegurar que no la dejen caer o la lastimen más mientras se ubican para realizar la técnica apropiada.


El rescatista y tú se pueden parar en uno de los costados del pecho de la víctima, frente a frente.[2] Asegurarse de estar en la posición apropiada puede ayudar a minimizar el riesgo de dejar caer a la persona o lastimarla más.
  • Cada rescatista debe agarrar la muñeca de la víctima con la mano más cercana a los pies. Asegúrate de solo hacerlo con el lado que te toca de la víctima.
  • La mano libre de tu compañero y la tuya deben agarrar las prendas de vestir de la víctima o el hombro más cercano.

Jálala cuando tu compañero y tú la hayan agarrado firmemente. Asegúrate de hacerlo lentamente de modo que no la codeen por casualidad o la suelten.
  • Levantar lentamente a la víctima para que se siente puede darle también a su sistema circulatorio una oportunidad para estabilizarse, en especial si ha estado en el suelo. Esto puede ayudar a prevenir el mareo que puede causar que la persona se caiga.
  • Puedes verificar verbalmente con la víctima si está consciente para asegurarte de que esto no le cause dolor o para confirmar que se sienta estable.[6]
  • Deja que la persona se sienta al menos por algunos minutos antes de moverle para que se pare.
Ayuda a la víctima a pararse cuando esté lista y sea capaz de moverse. De lo contrario, levántala para que se pare tomándola de sus prendas de vestir.
  • Dale tanto tiempo como necesite para pararse con tal de que no haya otro peligro inmediato. Esto puede ayudar a estabilizar su presión sanguínea y prevenir que se caiga innecesariamente, al igual que con sentarla.
  • Quizá tengas que ofrecerle un poco más de apoyo si no puede colocar su pie o sus pies en el suelo. Retira tanto peso de su pierna o sus piernas como sea posible en este caso.
Hazlo cuando esté parada. Movilizar a la persona puede agregar una medida adicional de seguridad mientras se le asiste.
  • Agárrale del cinturón o la pretina si está inconsciente. Jálala ligeramente para levantar su cuerpo hacia arriba.
Ponte ligeramente en cuclillas y coloca los brazos de la víctima encima de tu hombro y del de tu compañero rescatista. Esto debe colocarlos en la misma dirección de la víctima.
  • Deben utilizar las piernas para pararse con la víctima. Asegúrate de hacerlo lentamente para mantener la estabilidad del agarre.
  • Considera preguntarle a la víctima si aún está bien y lista para movilizarse.
  • Asegúrate de darle tiempo suficiente.
Cuando todos estén parados y en la misma dirección, estarás listo para movilizarte con la víctima. Asegúrate de verificar que la víctima esté segura preguntándole o verificando con tu compañero rescatista si la víctima está inconsciente. Esto no solo puede ayudar a asegurar que no la dejes caer o la codees, sino también a retirarla más efectivamente de la situación.
  • Las piernas de la víctima deben arrastrarse detrás de tu compañero rescatista y de ti.
  • Asegúrate de hacer movimientos lentos y deliberados cuando arrastres a la víctima para asegurar su seguridad.
Improvisa una camilla para cargar a la víctima. Haz una camilla para cargar a la víctima si está inconsciente o inestable. Puedes utilizar dos varas o algunas cobijas, o improvisar una camilla con los materiales que tengas disponibles.[16]
  • Busca dos varas fornidas, tres ramas u otros objetos rectos y colócalos paralelamente en el suelo.
  • Toma una tela aproximadamente 3 veces más grande que una camilla común y ponla en el suelo. pon una vara resistente a la mitad de la tela. Dobla la sección sobre la vara.
  • Pon la otra vara sobre los dos pedazos de tela, dejando espacio suficiente para el herido y suficiente tela para doblar sobre esta segunda vara.
  • Dobla la tela sobre la vara para que al menos 30 cm (1 pie) de la tela revista la segunda vara. Toma el resto de la tela y dóblala de nuevo sobre las varas.
  • Si no tienes una tela o manta grande, usa alguna camiseta, sudadera u otra prenda que tengas disponible. No cedas tus prendas de vestir si esta acción puede entorpecer tu habilidad de asistir a la víctima.
  • Verifica la camilla que has creado para asegurarte de que sea lo más segura posible para que no dejes caer a la víctima.

Si no tienes los materiales para crear una camilla, puedes hacer una con las manos de tu compañero rescatista y las tuyas. Esto puede brindar una posición más estable a la víctima, en especial si está inconsciente.
  • La víctima debe estar en el suelo y el rescatista con su mano más cerca de la cabeza de la víctima debe colocarla debajo de esta para darle apoyo.
  • Cada rescatista debe agarrar la mano del compañero debajo del pecho de la víctima, al nivel del esternón bajo. Luego, deben entrelazar sus manos para crear una superficie estable.
  • El rescatista con una mano más cerca a los pies de la víctima debe colocarla debajo de las piernas de esta última.
  • Ponte en cuclillas, levanta suavemente a la víctima y movilízala.
Utiliza una silla para cargar a la víctima si está disponible. Este es un método muy efectivo si tu compañero rescatista y tú tienen que subir escaleras o caminar en un territorio estrecho o accidentado.
  • Carga a la víctima y colócala en la silla o haz que se siente en esta si puede hacerlo.
  • El rescatista que se pare en frente de la silla debe agarrarla por los lados de la parte posterior con las palmas de la mano hacia dentro.
  • Desde este punto, el rescatista a la cabeza puede inclinar la silla hacia las patas posteriores.
  • El segundo rescatista debe estar en frente de la víctima y agarrar las patas delanteras de la silla.
  • Tu compañero rescatista y tú deben separar las piernas de la víctima y levantar la silla poniéndose en cuclillas y alzándola si tienen que cubrir una distancia larga.
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Transpórtelos con Seguridad
Al trasladar un accidentado o un enfermo grave, se deberá garantizar que las lesiones no aumentarán, ni se le ocasionarán nuevas lesiones o se complicará su recuperación ya sea por
movimientos innecesarios o transporte inadecuado.
Es mejor prestar la atención en el sitio del accidente, a menos que exista peligro inminente para la vida de la víctima o del auxiliador como en un incendio, peligro de explosión o derrumbe de un edificio.
Una vez que
haya decidido cambiar de lugar a la víctima, considere tanto la seguridad de la víctima como la suya. También tenga en cuenta su propia capacidad, así como la presencia de otras personas que puedan ayudarle.



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