¿Qué es la hipertensión arterial?
La hipertensión
arterial es el aumento de la presión arterial de forma crónica. Es una
enfermedad que no da síntomas durante mucho tiempo y, si no se trata, puede
desencadenar complicaciones severas como un infarto de miocardio, una
hemorragia o trombosis cerebral, lo que se puede evitar si se controla
adecuadamente. Las primeras consecuencias de la hipertensión las sufren las
arterias, que se endurecen a medida que soportan la presión arterial alta de
forma continua, se hacen más gruesas y puede verse dificultado al paso de
sangre a su través. Esto se conoce con el nombre de arterosclerosis.
¿Cuáles son las causas?
Se desconoce el
mecanismo de la hipertensión arterial más frecuente, denominada
"hipertensión esencial", "primaria" o
"idiopática". En la hipertensión esencial no se han descrito todavía
las causas especificas, aunque se ha relacionado con una serie de factores que
suelen estar presentes en la mayoría de las personas que la sufren. Conviene
separar aquellos relacionados con la herencia, el sexo, la edad y la raza y por
tanto poco modificables, de aquellos otros que se podrían cambiar al variar los
hábitos, ambiente, y las costumbres de las personas, como: la obesidad, la
sensibilidad al sodio, el consumo excesivo de alcohol, el uso de anticonceptivos
orales y un estilo de vida muy sedentario.
¿Cómo se hace el diagnóstico?
La única manera de
detectar la hipertensión en sus inicios es con revisiones periódicas. Mucha
gente tiene la presión arterial elevada durante años sin saberlo. El
diagnóstico se puede realizar a través de los antecedentes familiares y
personales, una exploración física y otras pruebas complementarias.
Se considera
hipertensión cuando los valores de presión arterial son iguales o mayores a
140/90 mmHg la mayoría de las veces.
¿Cómo se realiza el tratamiento?
La hipertensión no
puede curarse en la mayoría de los casos, pero puede controlarse. En general
debe seguirse un tratamiento regular de por vida para bajar la presión y
mantenerla estable. Los medicamentos son sólo parte del tratamiento de la
hipertensión, y el mismo requiere la adopción de hábitos de visa saludables
evitando el consumo de tabaco, siguiendo un plan de actividad física y
alimentación saludable con reducción del consumo de sal y de alcohol.
Además de los cambios
en el estilo de vida, existen numerosos fármacos para controlar la presión
arterial.
Consejos para el paciente con hipertensión:
·
Moderar el tamaño de las porciones cuidando el
cuerpo y evitando el sobrepeso.
·
Evitar los alimentos con alto contenido en sodio
(fiambres, embutidos, aderezos, productos de copetín, quesos, etc.)
·
Cocinar sin agregar sal. Reemplazarla por
perejil, albahaca, tomillo, romero y otros condimentos.
·
Reducir la ingesta de alcohol, que en las
mujeres debe ser inferior a 98 gramos a la semana (150 ml de vino al día) y en
los hombres inferior a 196 gramos a la semana (300 ml de vino al día).
·
Sumar al menos 30 MINUTOS diarios de actividad
física de manera continua o acumulada: usar escaleras, caminar, bailar, andar
en bicicleta, etc.
·
Reducir el consumo de café.
·
Consumir alimentos ricos en potasio, como
legumbres, frutas y verduras.
·
Abandonar el hábito de fumar.
·
Tomar la medicación como acordó con su médico.
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